Todo comenzó cuando Rodrigo Valdespino se dio cuenta de que las pequeñas empresas valencianas necesitaban algo diferente. No más consultorías tradicionales que prometían soluciones mágicas. Durante esos primeros meses, trabajamos desde un pequeño despacho en el centro de València, atendiendo a cinco empresas familiares que confiaron en nuestra visión.

La idea era simple pero revolucionaria: enseñar finanzas de manera práctica, sin jerga técnica innecesaria. Recuerdo perfectamente nuestro primer taller en febrero de 2019, donde explicamos conceptos de flujo de caja usando ejemplos de panaderías y talleres mecánicos del barrio.

Para 2022 ya habíamos trabajado con más de 150 empresas. Lo que más me enorgullece es que ninguna de ellas vino por publicidad agresiva, sino por recomendaciones de otros empresarios. Ese año decidimos formalizar nuestros programas de formación y crear un sistema estructurado de aprendizaje.

También fue el año en que nos mudamos a nuestras oficinas actuales en Carrer de Jaume Esteve Cubells. El espacio nos permitió crear aulas especializadas donde los empresarios pueden practicar análisis financieros reales con casos de sus propias empresas.

Este año hemos dado un salto cualitativo importante. No solo por el número de empresas que confían en nosotros, sino por la profundidad de nuestros programas educativos. Hemos desarrollado tres líneas especializadas: análisis financiero básico, planificación estratégica avanzada y gestión de crisis empresariales.

Lo que más me satisface es ver cómo empresarios que empezaron con nosotros en 2019 ahora manejan sus finanzas con total autonomía. Algunos incluso han expandido sus negocios a otras provincias aplicando lo que aprendieron en nuestras aulas.